11 diciembre 2005

Desde Rusia con Amor



La vida en Rusia nunca fue fácil. Ludmila llegó a Madrid desde Moscú hace tan sólo tres meses, después del divorcio con su marido, se trajo a sus dos hijas, Tatiana e Irina, pues los abuelos son demasiado mayores para cuidarlas. Ludmila es fuerte y aguanta las dificultades económicas de la Vida pero extraña a sus amigos, a su familia. La acompañaba Vodjan, alto y fuerte, con nariz contundente y manos robustas. Son, de momento, amigos y pasean cogidos del brazo, se hacen fotos y sonríen cuando me ven tirada en la hierba intentando sacar unas buenas tomas de patos. Y así, para ir soportando esa añoranza se van al parque los domingos, allí grupos de Ucranianos, Moscovitas (también se detectan presencias Chechenas!! ) hacen su particular botellón. La tienda de Vladimir les surte de productos eslavos para conjurar los sabores de su tierra, allí hemos comprado unos tercios de cerveza Ucraniana, deliciosa y afrutada. Les miro y sé que acabarán besándose, lo veo venir , tal vez esta avidez por entender el Universo me habría sido incómoda en el pasado, pero hoy he aprendido a filtrar y ver más allá de las palabras, a mirar con los ojos del corazón, a oir los susurros del alma enjaulada.
Ellos acabarán amándose.


>**------------- Fin de la transmisión ------------**<

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