29 junio 2006

Mi florido pensil



En Punta Brava, Puerto de la Cruz
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Una porción de mi propio ser se transforma, en Vida, en Espíritu inmortal y atrae por entero a la mente y demás sentidos antes varados en la materia. Cuando el Yo superior deja un cuerpo y pasa a otro nuevo se lleva consigo la mente y los sentidos, como del pensil recoge el viento los aromas.
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Inspirado desde el Bhagavad Gita

2 comentarios:

Ali dijo...

¿Se podrán oler los sentimientos? Si vienen con el viento como aromas... espero oler la desdicha para regalarle una sonrisa...
Te eché de menos...

Existencialista dijo...

El florido pensil, que es como el jardín musulman. En mi Córdoba los romanos trajeron el impluvium, y los voluptuosos musulmanes lo convirtieron en el lugar donde uno va cuando muere, que es un jardin con agua y con mimosas. Entonces ahí retomo tu idea judía y posteriormente cristiana de tu yo inmaterial, de tu separacaión del cuerpo y del alma, de la existencia inmanente de un ente supracorporal: damas del mismo cuelloo con los collares de la inmortalidad y lo eterno, o lo que es mejor, el no ser disueltos. Besos, frescura estival con cuerpo de danzarina, a la que aún no he visto ni ojos ni sonrisa.